Allí fue que conocí dos grandes obras de Carlos Gorostiza: El pan de la locura y El puente.
Carlos Gorostiza es un dramaturgo de una gran sensibilidad social, un gran crítico de la doble moral. A los 15 años fundó un teatro de títeres. Continuó con títeres un tiempo y luego tuvo distintas participaciones como actor hasta que escribió su primer obra de teatro, a pedido: El puente. Se incorporó al movimiento de Teatro Independiente, en donde abundaban comunistas, socialistas y anarquistas. Según cuenta él mismo para la revista Sudestada:
Lo que hice siempre estuvo teñido de una posición política; en aquel tiempo, el Teatro Independiente podía dividirse en tres grandes grupos: el 'Teatro Del Pueblo', de Barleta, que tenía la revista Propósitos, que era izquierda, te diría directamente por el lado del comunismo; después de las obras, había debate los miércoles a las 7, yo no me perdía uno. Estaba el Teatro 'Juan B. Justo', que era socialista, dirigido por Abel Casilda. Y estaba 'La Máscara', que tenía origen anarquista, de teatro proletario. Tenía una mezcla de jóvenes de anarquismo y comunismo. Todo lo que hacíamos tenía una base política.En Página 12 menciona haber propuesto obras en La Máscara, lo cual muestra algún tipo de afinidad política:
Del Pueblo era comunista, Juan B. Justo, socialista, y La Máscara, un teatro proletario, anarquista, donde estaba, entre otra gente valiosa, el artista plástico Facio Hebequer. En general no se aceptaba el juego por el juego: había que decir algo, y cuando lo que se decía no gustaba, no había puesta. En La Máscara propuse Mateo, de Armando Discépolo, y Las manos sucias, de Jean-Paul Sartre, y no las consideraron.
"El puente" fue estrenada precisamente en "La Máscara" un 4 de mayo (el 1ero de mayo es una fecha muy especial). En el gobierno de Alfonsín fue Secretario de Cultura, si bien no reconoce militancia partidaria sí confiesa haberse afiliado sólo para votar en contra de De La Rúa.
Ya en 1997 cuando le otorgaron el Premio Nobel de Literatura a Darío Fo, dramaturgo y actor (del que sólo conozco una adaptación reciente de "Muerte accidental de un anarquista") y se levantaron varias voces críticas, él se pronunció:
"Con la elección de Fo se han roto prejuicios ideológicos. Además, se da valor a un autor excepcional, cuya obra es provocativa y estimulante. Sus representaciones son comprometidas y despiertan las pasiones del hombre".
El argumento de "El puente" inicia en la calle, con el grupo de amigos de Andresito, un adolescente que trabaja en la construcción de un puente en Campana. Su madre lo busca porque debía haber regresado con la quincena y ella debía saldar una deuda con ese dinero. Está preocupada porque Andresito no regresó y por lo que puede deducirse no cree que simplemente se haya demorado o que haya tenido que hacer alguna otra cosa como todos le dicen. Termina dirigiéndose a la casa del ingeniero de la obra, en donde está su esposa y con quien hay varios diálogos muy dolorosos en donde se muestra una gran insensibilidad y una prepotencia conservadora por parte de Elena, la esposa. La obra transcurre durante la espera de novedades del regreso de Andresito y del ingeniero.
Escrita en 1948 explica cómo una familia trabajando todos llegaban justo a fin de mes, o bien debían endeudarse para hacerlo. Muestra la vida de los adolescentes humildes, el conocimiento vago de lo que ocurría, el maltrato de las clases más altas hacia los pobres, la creencia en el castigo como modo de "enseñar".
Como ejemplo, vaya este fragmento: Elena, la esposa del ingeniero dialoga con la madre de Andresito cuando ésta le pide el adelanto de la quincena de su hijo:
ELENA. — En cuestiones de dinero yo no tengo nada que ver con mi marido. Y no vaya a pensar que no se los quiero dar porque me duele desprenderme de cien pesos. Sino es para escarmiento. Si todos hicieran así, aprenderían a guardar bien lo que ganan...MADRE. — ¿Pero usted cree que yo tiro la plata, con todo lo que cuesta ganarla?ELENA. — De otra manera no me lo explico.MADRE. — Ya le dije, señora. Lo que pasa es que no alcanza.ELENA. — No me va a hacer creer que si trabajan los tres no les alcanza el dinero.
MADRE. — No, señora, no nos alcanza. Los tres también tenemos que comer, vestirnos, pagar el alquiler...ELENA. — Bueno, ésas son cosas que a mí no me atañen.MADRE. — Sí, yo comprendo. Pero a usted no le costaría nada adelantarme esos cien pesos.ELENA. — Vea. Tengo por costumbre no dar limosnas ni prestar plata. Para mí, las dos cosas tienen igual significado. En este mundo todos tienen la misma oportunidad. El que la sabe aprovechar, allá él. Nosotros no tenemos por qué después ir salvándolos de los apuros. Mejor es darles una lección.MADRE (no oye nada). — Pero no son más que cien pesos, señora.ELENA. — Aunque fueran diez... ¡Y aunque fuera uno!
Las familias de mi padre y de mi madre son de esa época, conozco a través de ellos qué era ser pobre, cuáles eran las necesidades, la falta de trabajo para los hombres, las mujeres que trabajaban por encima de sus fuerzas, los jóvenes y la calle, las huelgas. De la formación conservadora y de la obediencia y sumisión absolutas. Del valor atribuido por las clases dominantes a la mansedumbre y a la resignación y de lo mal visto que estaba y cuán condenable era resistirse a una vida de privaciones, reclamar, no poder sostenerse pese a trabajar. De todo eso tengo varias versiones.
Estos son algunos enlaces que utilicé para ubicarme un poco en Gorostiza:
La Nación, 1997: http://www.lanacion.com.ar/78465-el-dramaturgo-dario-fo-la-sorpresa
Sudestada, 2008: http://www.revistasudestada.com.ar/articulo/507/en-el-teatro-actual-hay-un-desprecio-por-lo-politico/
Alternativa Teatral, 2011: http://www.alternativateatral.com/nota515-militancia-politica-y-teatro-juntos-pero-no-revueltos
Página 12, 2012: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/4-25717-2012-07-03.html
Adriana